Las personas tendemos a agruparnos. Es por ello que existe la sociedad. El ser humano no está hecho para vivir solo y necesita organizarse en colectivos según los intereses comunes. Sin embargo, existen muchos tipos de colectivos. Normalmente cuando pensamos en un grupo tenemos la idea de un conjunto de personas con características comunes. Y a veces confundimos el concepto de equipo de trabajo con el concepto de grupo. Entonces, ¿qué diferencia existe entre grupo y equipo? La diferencia radica en lo que comparten los componentes del colectivo. En un equipo, lo importante es el objetivo común, no que los individuos compartan características similares; de hecho, que los integrantes del equipo no sean iguales es lo que permite una mayor eficiencia a la hora de trabajar, porque a cada individuo se le asigna la actividad en la que puede aportar más.
Para profundizar más en el concepto de equipo
realizamos esta práctica de Comunitaria.
En ella se nos presentó un texto sobre unos fisioterapeutas de los que se
aportaban cuatro datos: nombre, lugar donde estudiaron, lugar de trabajo y un
detalle personal referente a la carrera. Los datos no aparecían claramente sino
a modo de “acertijos”, de manera que había que deducir qué datos se
correspondían a qué pacientes. Para ello nos colocamos en 3 grupos. Mi grupo
estaba compuesto por Celia Gómez, Mª Carmen Rodríguez, Manuel Serrano y yo.
En nuestro caso hemos
trabajando con el texto en forma de párrafo, con frases diferenciadas
únicamente por un punto y seguido. Nos hemos organizado automáticamente, en
menos de un minuto: Mª Carmen se propuso para ir leyendo el texto, y mientras
Celia y yo recogíamos los primeros datos cada una en una tabla. El razonamiento
lo realizamos entre los cuatro compañeros. Además, a medida que se iban
asegurando datos en el cuadro, Mª Carmen los tachaba en el texto. No ha
existido moderador de la actividad, únicamente el ofrecimiento de Mª Carmen a
ir leyendo el texto. Hemos terminado la actividad sin fallos y en 15 minutos,
siendo el primer equipo en completar la actividad.
Han existido múltiples
factores que han facilitado el trabajo en equipo:
- Una compañera dedicada solo a leer (aunque haya participado también en los razonamientos) ha simplificado el trabajo.
- El respeto al turno de palabra, sin interrumpirnos unos a otros, ha agilizado la tarea enormemente.
- La realización del cuadro ha ayudado a una buena organización de los datos.
- Tachar en el texto lo que ya habíamos apuntado también ha simplificado la tarea.
Hemos quedado muy satisfechos con el trabajo realizado, y no se nos han ocurrido mejoras para una mayor eficiencia.
Hay que tener en cuenta que el hecho de que el trabajo esté programado facilita mucho las tareas. Los otros dos grupos tenían el mismo texto pero con una presentación mucho más clara: las pistas venían enumeradas en frases cortas y claras, y un grupo incluso contaba con el cuadro ya organizado para poder completarlo con los datos. Curiosamente, siendo mi grupo el que contaba con el texto más complejo (con letra pequeña y en un párrafo completo) ha sido el que antes ha terminado la actividad.
Si evalúo individualmente el trabajo que ha hecho mi
equipo, considero que nos hemos coordinado muy bien. Aunque no hemos definido
unos roles específicos para cada uno (más allá de ser Mª Carmen la que leía),
no ha sido necesario contar con un líder porque nos hemos coordinado bien. A la
hora de trabajar nos hemos respetado, sin menospreciar las aportaciones de unos
y otros, y hemos creado un clima calmado de trabajo; me gusta mucho cómo ha
resultado este equipo.
Personalmente no soy partidaria de dotar a una
persona de papel de líder cuando el equipo está formado por personas que saben
bien cuál es su cometido; es más, considero que cuando existe un líder en esta
clase de trabajos es porque todos los miembros no aportan el mismo grueso de
trabajo.
Aunque he tenido trabajos en grupo en los que se me
ha considerado la más apropiada para ejercer el rol de líder, la verdad es
que no me siento cómoda en esa posición y no me considero adecuada para ello.
Me gusta saber qué es lo que está haciendo cada uno para tener una idea general
de cómo funciona el equipo, pero no me gusta controlar si los demás están
haciendo su trabajo o no, porque soy una persona muy disciplinada y el hecho de
estar encima de alguien para instarle a trabajar me resulta inconcebible a
estas edades. Sé que hay gente que necesita esa clase de supervisión, pero yo
no tengo paciencia para darla. En cambio, se me da muy bien simplificar el
trabajo para que todo sea lo más eficiente posible, especialmente a la hora de sintetizar
la información para decir lo más esencial de forma clara (ir al grano, vaya).
También se me da bien el inglés, así que normalmente me ofrezco para descartar
los artículos en este idioma que no puedan servir (porque al leer más rápido y realizando
la traducción simultánea en mi cabeza no necesito leerlo todo y termino mucho
antes) y para traducir los artículos más complicados o más largos; a cambio,
tengo menos carga de trabajo en otros aspectos.
Normalmente no me gusta trabajar en equipo porque no
he tenido buenas experiencias en este sentido con los consabidos “lastres”, aunque
reconozco que trabajar con un buen equipo rentabiliza enormemente los
esfuerzos. Si en otras ocasiones hubiera tenido equipos como el de esta práctica,
probablemente me gustaría más esta forma de trabajar.
En el SNS (Servicio Nacional de Salud) se está
empezando a integrar el trabajo en equipo. Resulta muy útil porque cada
profesional de la salud aporta su visión, su parte del problema, para obtener
un resultado común; y dada la variedad de profesiones sanitarias que existen,
se puede obtener una visión muy completa del problema del paciente. Sin
embargo, no siempre es fácil. Por ejemplo, el fisioterapeuta forma parte del
equipo de apoyo de Atención Primaria, pero no suele estar integrado en esta unidad
y en consecuencia le resulta complicado trabajar en equipo.
Como ya mencionaba anteriormente, la ventaja de
trabajar en equipo es la rentabilidad. En el caso del texto, si se hace individualmente
se tarda más que si se hace en equipo. En el caso de un centro de salud se
rentabilizan espacio y tiempo, y se enriquece el resultado porque cada uno
aporta su visión del problema de salud.
En general los profesionales sanitarios no tienen
demasiada experiencia en el trabajo en equipo, sobre todo cuando es
interdisciplinar. En Salud estamos acostumbrados a la jerarquía, y en Atención
Primaria no existe esa jerarquía: cada
uno trabaja en lo que puede y aporta lo que sabe. Con esta filosofía, y
añadiendo motivación a lo que se está haciendo, el trabajo en equipo funciona.
Pero si tenemos problemas de instrusismo profesional y de personas que no hacen
lo que tienen que hacer (lastres) el trabajo no avanza. Si lo pensamos bien,
el buen trabajo en equipo es una solución óptima para mejorar la asistencia sanitaria, y además no
cuesta dinero.
Muy interesantes las ultimas entradas y reflexiones. Es importante que diferencies si eres capaz de ser moderadora del grupo sin ser jerárquicamente superior en él, eso no es malo. Del mismo modo que en parte es culpa del grupo el no saber encontrar el sitio de otro compañero en el equipo o motivarle de modo que su integración sea total conforme a sus capacidades.
ResponderEliminarUn saludo y..., enhorabuena por el blog!
MARINA
Muchas gracias por tus comentarios, Marina. Me alegra saber que estoy haciendo un buen trabajo. Un saludo ^^
EliminarEL uso de los equipos de fisioterapia es fundamental para quitar dolencias, en especial lesiones
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