jueves, 19 de marzo de 2015

Una mala primera vez

Esta mañana me han llamado para decirme que ha fallecido una de mis pacientes.

Hacía tiempo que no iba a su casa; recurrieron a mí cuando le dieron el alta hospitalaria, mientras esperaban que recibiera la fisioterapia que le correspondía por la Seguridad Social. Y menos mal, porque la espera fue de dos meses. La llamé un par de veces para saber cómo seguía, y las noticias no eran muy buenas. Aunque no esperaba que se muriera, más bien que quedara una considerable incapacidad funcional (difícil saber qué es mejor).

Es una de esas primeras veces que esperara que llegase tarde, pasado mucho tiempo, cuando fuese más "lógico" que ella ya no estuviera entre nosotros (sesenta y pocos años, hoy día, no es mucha edad). Quizás así, me hubiera sentido menos triste, más resignada por el curso natural de la vida. El caso es que no ha sido así, y para qué engañar a nadie, estoy muy triste. Es una mujer que me ha aportado muchísima experiencia y buenos momentos. ¿Cómo no estar triste por mi primera paciente neurológica, con lo que me gusta a mí la neuro?