En el Concepto Estrella de la semana pasada hablábamos de economía de salud y más concretamente de los grupos de edad en los que más invierte la gestión sanitaria. En la misma línea, esta semana quiero hablaros de los tres tipos de coste que encontramos en la economía de salud: costes directos, costes indirectos y costes intangibles.
Los costes directos son aquellos que están relacionados con la tecnología sanitaria evaluada, entendiendo por "tecnología sanitaria" el estudio de la técnica y de la ciencia sanitaria (es decir, no solo el aparataje y los instrumentos con los que se lleva a cabo la intervención sanitaria, sino los métodos y las terapias aplicadas por los profesionales sanitarios). A su vez, los costes directos pueden ser de dos tipos:
- Sanitarios: son todos aquellos gastos específicos de la intervención sanitaria, como las pruebas diagnósticas, las invertenciones, los medicamentos, los tratamientos, la fisioterapia, etc.
- No sanitarios: se refiere a todos aquellos gastos que rodean y posibilitan los costes sanitarios, como el transporte en ambulancia, los servicios sociales, los cuidados informales, etc.
Los costes indirectos están relacionados con los cambios en la capacidad productiva del individuo. Serían los gastos que implica la baja laboral del paciente, así como la adaptación de su puesto de trabajo y de su vivienda.
Finalmente están los costes intangibles, aquellos relacionados con el dolor, el sufrimiento, la ansiedad o el estrés de los pacientes y sus familias. No suelen incluirse en los estudios de evaluación económica porque son difícilmente cuantificables. Y aquí es donde quiero pararme. Es cierto que estos costes no se pueden medir con números, como a la economía le gusta, pero a veces son los costes que más determinan la calidad de vida de los pacientes. Porque de poco sirve tener los costes directos e indirectos cubiertos si el paciente es infeliz, o si su familia se viene abajo.
Muchas veces los profesionales sanitarios se vuelven fríos en el trato con el paso de los años, o desde el principio tienen muy claro que no quieren empatizar con los pacientes para no sufrir en sus enfermedades ni identificarse con ellas. Pero no hay que llegar a eso para ser empático. El concepto de empatía es mucho más sencillo; incluso en Hora de Aventuras, la serie de dibujos animados que inspira el nombre de este blog, se esfuerzan por explicar el concepto de la empatía a un monstruo que disfruta fastidiando a los que son más débiles que él.
Empatía es ponerse en el lugar del otro. No hay que llegar al extremo de llorar por el paciente, ni a ser incapaces de apartar su caso de nuestros pensamientos (tampoco es sano para el profesional sanitario). Consiste en pararse un momento a pensar en por qué el paciente se siente como se siente, en escuchar sus inquietudes y valorar, desde su situación, los sufrimientos que la nueva situación de enfermedad implica para él y para su familia.
Me da pena pensar que muchas veces no nos ponemos en el lugar de los demás hasta que no experimentamos lo mismo que ellos. Y estoy segura de que ese es el problema de muchos profesionales sanitarios, y de los investigadores que no incluyen estos costes intangibles en sus estudios. La colaboración de psicólogos en esta clase de estudios sería interesante para demostrar que verdaderamente para tener salud hay que tener bienestar a nivel biológico, psicológico y social. De esta manera, se podrían tomar medidas como incluir psicólogos familiares o programas de normalización de la situación familiar dentro del paquete de servicios "mínimos" para determinadas patologías que tienen un impacto emocional considerable tanto en el paciente como en los familiares.
Hola Bea! Me gusta mucho que todas las semanas hagas una entrada con las cosas más interesantes que hemos visto en clase calificándolo como "concepto estrella".
ResponderEliminarEn esta entrada en concreto, lo que más me ha llamado la atención es que has usado el concepto de empatía que como bien dices muchos profesionales sanitarios la obvian, pero al igual que tú yo pienso que es fundamental para el trato con nuestros pacientes, ya que no son más que personas, y personas en las que nuestro trabajo dará mejor resultado si hacemos uso de esa empatía.
Enhorabuena por el blog en general!Un saludo!!:)
¡Hola Celia! Me complace mucho que te guste mi blog =) Es justo lo que tú dices, usando esa empatía podemos obtener mejores resultados en nuestros tratamientos, porque no hay que olvidar el importante componente psicológico que existe en toda intervención sanitaria. Me alegra que pensemos lo mismo.
ResponderEliminarMuchas gracias por comentar. ¡Un abrazo! ^^