domingo, 5 de mayo de 2013

El regreso del Caso Coca-Cola

¿Recordáis allá por marzo cuando os hablaba del Caso Coca-Cola? Por si no lo recordáis, se trataba de una reflexión acerca de la campaña publicitaria que estaba llevando a cabo la empresa Coca-Cola en Estados Unidos. En ella, la empresa declaraba su parte de responsabilidad en el problema de la obesidad (recordemos que su negocio se basa en la venta de bebidas azucaradas), y proponía una lucha responsable contra la obesidad y el sedentarismo...sin dejar de tomar Coca-Cola. (Si queréis refrescar la memoria o leer por primera vez esa reflexión, podéis encontrar la entrada en el margen del blog, dentro de las entradas del mes de marzo).

Pues bien, parece que esta campaña ha llegado a España con el anuncio de las "estadísticas" que vienen mostrándonos en la tele durante las últimas semanas. Os lo dejo a continuación.





De nuevo, Coca-Cola insiste en su compromiso a la hora de luchar contra la obesidad y el sedentarismo, aprovechándose para ello de nuestra fibra sensible. ¿Acaso no está perfectamente estudiada la emocionante frase de "La única estadística real es que el 100% de las estadísticas las hacemos nosotros, y las vamos a cambiar"?


Sin embargo, me llama mucho la atención que en este anuncio el compromiso de Coca-Cola no es tan directo como en la campaña estadounidense. Si bien en el anuncio se habla con el pronombre "nosotros", y por tanto la empresa se está incluyendo en la lucha, no se hace ninguna referencia a sus aportaciones para la lucha contra el sedentarismo, es decir, las bebidas light con menos azúcar de las que hablaba en el spot en inglés. Se me ocurren dos explicaciones para este matiz: o bien Coca-Cola ya no ve suficiente por su parte la venta de bebidas con menos azúcar para combatir el problema; o bien la empresa nos está diciendo suavemente que al final somos nosotros los que tenemos que hacer un consumo responsable de bebidas azucaradas, y por tanto se está lavando las manos un poco.

Yo soy un poco más malpensada y me decanto por lo segundo, que realmente tiene su parte de razón. Al fin y al cabo, nadie te obliga a beber Coca-Cola, a comer hamburguesas o a ser sedentario. Eres tú el que decide tu estilo de vida y las consecuencias que acarrea. Pero por otro lado, es difícil no dejarse convencer por la publicidad cuando no tienes una adecuada educación para la salud. Tal y como veíamos en el Caso Coca-Cola, las cosas nunca son tan sencillas.



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