Seguimos con más noticias y estudios que avalan los beneficios de la leche materna. En este caso, un estudio del Rush University Medical Center de Chicago ha demostrado que el consumo de leche materna reduce considerablemente las probabilidades de sufrir sepsis y enterocolitis necrosante neonatal (para más información acerca de esta última patología hacer clic aquí), dos enfermedades que implican un aumento del tiempo de ingreso en la unidad de neonatología y, por lo tanto, un mayor gasto sanitario.
Ya se sabía que la leche materna es una importante fuente de nutrientes y de defensas para el bebé: factores de crecimiento, anti-infecciosos y secretores; la increíble alfa-lactoalbúmina, que produce el suicidio celular en más de cuarenta tipos de cáncer; todos los aminoácidos necesarios para el organismo...Además, la saliva del bebé, a través del pezón, transmite microorganismos perjudiciales para el bebé que informan al cuerpo de su madre para que cree anticuerpos específicos que transmitirá a través de la leche al bebé. Y no olvidemos ese momento de contacto entre madre e hijo que tanto favorece el apego. Si queréis refrescar vuestros conocimientos y adquirir algunos nuevos os recomiendo esta entrada del blog Guía de Lactancia Materna (que además añado a la lista de enlaces recomendados que podéis encontrar en el margen derecho de mi blog).
Este cóctel de defensas para el bebé resulta especialmente beneficioso en el caso de los niños prematuros o de muy bajo peso, que ya de por sí se encuentran en riesgo porque su sistema inmunitario todavía no ha madurado del todo; en este caso estaríamos hablando de la lactancia materna como medida de prevención secundaria. Pero cuando el niño está sano, la lactancia materna también es prevención (ahora primaria), porque se está tomando una medida para reducir la incidencia de enfermedades que podrían presentarse. Hace justo un año que os comenté en este mismo blog la importancia de la prevención como medida de ahorro. ¿Hay una manera más sencilla y natural que la lactancia materna para proteger al recién nacido de los agentes patógenos externos?
Los resultados obtenidos en el estudio no son nada despreciables: por cada 100 mililitros adicionales de leche materna que recibe un bebé de muy bajo peso en su primer mes de vida, se reduce el riesgo de sepsis un 19%. Y a la hora de gasto sanitario estamos hablando de un ahorro de 23.000 €, puesto que los recién nacidos con sepsis tienen que permanecer ingresados un mes más que los que no se ven afectados por dicha patología, sin olvidar la alta probabilidad de desarrollar problemas neuronales a largo plazo.
Además, se recomienda que la leche materna sea, en la medida de lo posible, de la propia madre y no de donaciones o de fórmula. Si se informa adecuadamente a las madres de niños con muy bajo peso se puede conseguir que produzcan gran cantidad de leche que puede almacenarse para usarla posteriormente.
Para más información acerca de este estudio os dejo el enlace a la fuente de la noticia. Y de propina, una imagen muy concisa sobre algunos beneficios y mitos acerca de la lactancia materna.
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