Quiero compartir con vosotros esta interesante entrada del blog alimmenta, que da un repaso a la historia del consumo de leche en seres humanos. Últimamente se sabe de muchos estudios que desaconsejan el consumo diario de leche por sus múltiples efectos nocivos, tales como el incremento de la inflamación, de la mucosidad respiratoria o del riesgo de padecer anemia; incluso aumentarían las posibilidades de que el lactante padezca cólico si su madre toma leche de vaca. Hay quien incluso defiende que la leche y sus derivados deben eliminarse por completo de la dieta.
En esta entrada, titulada De intolerantes y tolerantes a la lactosa: una historia de la leche, se apuesta por la sensatez. Personalmente me parece de lo más interesante el mapa que muestra el número de intolerantes a la lactosa que hay en el mundo: no son tantos como los detractores de la leche nos venden. No quiere decir que no haya un importante número de personas con intolerancia a la lactosa, pero como puede leerse en el artículo, el ser humano adquirió el gen que le permite digerir la lactosa para adaptarse a una vida sedentaria en la que para obtener alimento, entre otras cosas, domesticó a animales productores de leche.
He estado bicheando el blog y me han gustado mucho los contenidos que presenta, así como la buena documentación de las entradas, así que os lo incluyo en la lista de enlaces recomendados que podéis encontrar en el margen derecho de mi blog.
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