jueves, 25 de abril de 2013

Ley de Prevención de Riesgos Laborales

Todas empresa con trabajadores, incluida nuestra clínica de fisioterapia, debe cumplir la Ley de Prevención de Riesgos Laborales. La Ley 31/1995 de Prevención de Riesgos Laborales, que traspone la Directiva Marco 89/391/CEE, establece como una obligación del empresario:
  • Planificar la acción preventiva a partir de una evaluación inicial de riesgos.
  • Evaluar los riesgos a la hora de elegir los equipos de trabajo, sustancias o preparados químicos y del acondicionamiento de los lugares de trabajo.

Según el Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo, la evaluación de los riesgos laborales es el proceso dirigido a estimar la magnitud de aquellos riesgos que no hayan podido evitarse, obteniendo la información necesaria para que el empresario esté en condiciones de tomar una decisión apropiada sobre la necesidad de adoptar medidas preventivas y, en tal caso, sobre el tipo de medidas que deben adoptarse.



La probabilidad de que ocurra el daño se puede graduar con el siguiente criterio:
  • Probabilidad alta: el daño ocurrirá siempre o casi siempre.
  • Probabilidad media: el daño ocurrirá en algunas ocasiones.
  • Probabilidad baja: el daño ocurrirá raras veces.

A la hora de establecer la probabilidad de daño, se debe considerar si las medidas de control ya implantadas son adecuadas. Los requisitos legales y los códigos de buena práctica para medidas específicas de control, también juegan un papel importante. Además de la información sobre las actividades de trabajo, se debe considerar lo siguiente:

  • Trabajadores especialmente sensibles a determinados riesgos (características personales o estado biológico).
  • Frecuencia de exposición al peligro.
  • Fallos en el servicio. Por ejemplo: electricidad y agua.
  • Fallos en los componentes de las instalaciones y de las máquinas, así como en los dispositivos de protección.
  • Exposición a los elementos.
  • Protección suministrada por los EPI y tiempo de utilización de estos equipos.
  • Actos inseguros de las personas (errores no intencionados y violaciones intencionadas de los procedimientos).

Para estimar los niveles de riesgo según la probabilidad de que ocurra el daño y según las consecuencias de dicho daño, se establece una matriz de riesgo tolerable como la que os dejo a continuación:


Estos niveles de riesgo permiten decidir si es necesario mejorar los controles existentes o implantar unos nuevos, así como establecer la temporalización de las acciones. Os muestro una tabla en la que se sugiere un criterio para tomar estas decisiones (además se explican las abreviaturas de la matriz anterior):


Podéis encontrar toda esta información y mucho más en el documento Evaluación de Riesgos Laborales, elaborado por el Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo.

Una vez introducidos en el mundo de la Prevención de los Riesgos Laborales, la última tarea de la AAD de diseño de la clínica consiste en elaborar un listado de los mayores riesgos para nuestro puesto de trabajo. Considerando que además de la función de fisioterapeuta ejerceríamos en algunos momentos funciones propias de administrativos (a la hora de manejar las historias clínicas) y de personal de limpieza (porque a nadie le pasa nada por limpiar de vez en cuando), los compañeros de la clase hemos llegado a la conclusión de que los riesgos más frecuentes que podríamos encontrarnos en nuestra clínica de fisioterapia serían los siguientes:


  • Alteraciones visuales.
  • Electrocución con el aparataje.
  • Inhalación de vapores de los productos de limpieza.
  • Intoxicación con productos de limpieza.
  • Problemas de espalda derivados de la sedestación prolongada.
  • Quemadura eléctrica o térmica.
  • Resbalar (por productos depositados en el suelo o no).
  • Sobreesfuerzo o sobrecarga por el trabajo realizado.

A continuación tenemos que elaborar un plan de actuación ante uno de estos riesgos laborales. En mi caso el plan de actuación va referido a los problemas de espalda derivados de la sedestación prolongada:
  1. Mantener una postura ergonómica y adecuada a la tarea que se esté realizando (escribir, utilizar el ordenador, leer historias clínicas, libros de consulta o cualquier otra información escrita, etc.), revisando constantemente dicha postura.
  2. Utilizar un asiento ergonómico y regulado a la altura propia y a la altura de la mesa de trabajo. Si a pesar de todo el trabajador no llega al suelo con los pies, utilizar un banco para mantener los pies en apoyo.
  3. Si la tarea es prolongada, realizar descansos de aproximadamente 5 minutos cada hora para levantarse del asiento y caminar.
  4. Si la tarea es prolongada, aprovechar los descansos antes mencionados para realizar también estiramientos de cuello, tronco y miembros superiores.


Y, aunque parezca increíble… ¡SE HA TERMINADO LA AAD! Me siento muy satisfecha del trabajo realizado y de los conocimientos adquiridos. Ahora más que nunca siento un profundo respeto por los profesionales que se embarcan en el complicado proyecto de montar su propia clínica y que se comprometen a cumplir la ley correctamente, porque si algo he aprendido en estas semanas es que hacer las cosas bien es difícil, pero el resultado merece la pena. Espero que vosotros hayáis disfrutado el seguimiento de mi trabajo. ^^



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