Hace ya bastante tiempo que sabemos que la comida rápida no es la mejor opción para llevar una dieta saludable. Pero cuanto más años pasan, más desagradables sorpresas salen a la luz en relación con los ingredientes que utilizan las cadenas de restaurantes especializadas en este tipo de servicio. Y si nos centramos en McDonald's, el escándalo está servido. Ahora le toca a las patatas fritas.
Probablemente esta campaña en contra de McDonald's la inició la película Super Size Me, en la que un estadounidense realiza el experimento de alimentarse durante 30 días a base de comida del McDonald's, para comprobar el deterioro que sufre su salud; recordemos que en EEUU la comida elaborada es mucho más cara que la comida rápida, y las familias de colectivos más pobres, que no son pocos en este país, se ven obligadas en muchas ocasiones a recurrir a esta clase de restaurantes para poder alimentarse. Ya hemos hablado en varias ocasiones en este blog del Caso Coca-Cola, que es la distribuidora de las bebidas del McDonald's. También se ha demostrado que la carne de sus hamburguesas contiene hidróxido de amonio, una sustancia tóxica que, lógicamente, no es apta para el consumo humano (esto ha sido llevado a juicio por Jamie Oliver, el chef británico que lo descubrió, y ha ganado el juicio).
Ante estas revelaciones ya imposibles de esconder, McDonald's Canadá ha creado una página web llamada Nuestra comida, vuestras preguntas, en la que se muestran abiertos a responder todas las dudas que surjan a los usuarios de estos restaurantes. Ya han lanzado su respuesta a preguntas como "¿Por qué las hamburguesas que servís no se parecen en nada a las de los anuncios?" o "¿Cuáles son los verdaderos ingredientes de los McNuggets?", ambas respondidas con vídeos protagonizados por los propios trabajadores. No obstante, como podéis leer en los comentarios, no parece que los usuarios queden muy convencidos con estas respuestas.
La última polémica la han traído las patatas fritas con motivo de esta página web que busca la transparencia. En el dossier que han publicado con los ingredientes que componen todos sus productos se puede ver que las patatas fritas llevan algo más que patatas, aceite y sal. Estamos hablando de componentes como dextrosa, dimetilpolisiloxano (un polímero parecido a la silicona) y una múltiple variedad de aceites, algunos de ellos hidrogenados. Podéis acceder a la lista con todos los ingredientes en la fuente de esta noticia.
Dudo que una multinacional tan potente cierre así como así a pesar de las evidencias, pero me pregunto cuántos más escándalos tiene que protagonizar McDonald's para que nos concienciemos definitivamente de lo perjuicios de la comida basura, sobre todo cuando se consume habitualmente. Y hablo solo de la comida de McDonald's, también de otras cadenas de restaurantes que, probablemente, cometerán abusos parecidos que no salen a la luz por ser menos conocidas.
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