jueves, 24 de abril de 2014

Ante los problemas discales lumbares, la fisioterapia es lo primero

El hospital universitario Thomas Jefferson de Estados Unidos publicó en 2013 en la revista World Neurosurgery un estudio sobre la eficacia de la fisioterapia frente a la cirugía en el tratamiento de patologías degenerativas discales de la zona lumbar. El título original del artículo es "Operative and Nonoperative Treatment Approaches for Lumbar Degenerative Disc Disease Have Similar Long-Term Clinical Outcomes Among Patients with Positive Discography". No está disponible de forma gratuita pero ya aparece indexado dentro de la base de datos Pubmed.



Este estudio demuestra que no existen diferencias significativas en las variables de dolor, estado de salud, satisfacción o incapacidad funcional según la elección de un método u otro. Ya sabemos que la cirugía, independientemente de la eficacia que tenga sobre la patología tratada, lleva implícito un encamamiento, dolor, reposo, rigideces, cicatrices y otros inconvenientes que retrasan la recuperación funcional del paciente y pueden incluso desembocar en nuevos problemas como pérdida importante de masa muscular, fibrosis o complicaciones derivadas de la propia intervención quirúrgica. ¿Por qué arriesgarse? Un tratamiento de fisioterapia realizado por el profesional, combinado con un programa de ejercicios individualizado para que el paciente lo incorpore a su vida diaria, sólo aporta beneficios al paciente; eso sí, siempre que este cumpla con las indicaciones de su fisioterapeuta y tome parte activa en su propio proceso de recuperación.

Sí, es cierto, la fisioterapia requiere constancia y fuerza de voluntad por parte del paciente, y es difícil habituarse a hacer ejercicio físico en una sociedad tan sedentaria. Parte de la culpa la tiene el modelo paternalista de intervención sanitaria que tantos años se ha mantenido en la sociedad, calando de forma muy profunda. Este modelo paternalista se basa en la concepción de la intervención sanitaria como un proceso en el que el profesional sanitario (médico, enfermero, fisioterapeuta, nutricionista, podólogo...) es el único responsable de la recuperación del paciente. En pocas palabras, como siempre ejemplifica Raquel Chillón, es un modelo en el que "el paciente se tumba en la camilla a la espera de que el sanitario le haga unas cuantas técnicas y le cure".


Pero los tiempos han cambiado, y ahora sabemos que el paciente es el principal responsable de su recuperación. Necesita la orientación y supervisión de los profesionales sanitarios, pero es el paciente quien decide seguir sus indicaciones y, en definitiva, pelear por su salud. Pero por muy difícil que sea tomar esta responsabilidad, seamos lógicos: está demostrado que el ejercicio físico adaptado es beneficioso para la salud a todos los niveles (biológico, psíquico y social), tanto en personas sanas como en personas afectadas por algún tipo de patología. ¿Merece la pena pasar por quirófano cuando existen alternativas más naturales?



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